Cómo limpiar los zócalos de manera fácil
Sigue estos trucos y ten zocalos limpios
Si los zócalos de tu casa son un sitio complicado a la hora de la limpieza, vas a tener que tener en cuenta estos geniales trucos para limpiarlos. ¡No te prives de que todo tu piso luzca impecable!
Los zócalos son una parte del hogar muchas veces olvidadas a la hora de la limpieza. Generalmente cuando trapeas el piso los limpias un poco o sacas el polvo que se junta sobre ellos con la escoba, pero no mucho más. Lo cierto es que para tener una habitación 100% reluciente hace falta darle el toque final con zócalos relucientes. Y para esto no hacen falta grandes esfuerzos ni pérdidas de tiempo, hay maneras fáciles de dejarlos relucientes.
4 Formas de limpiar los zócalos
- Con un pincel. Antes de comenzar la limpieza es importante quitar todo el polvo, ya que al humedecerlo luego puede empeorar el problema. Úsalo como una mini escoba el toda la superficie, pero sobre todo en la parte superior, donde se junta el polvo. También puedes usar una mini aspiradora de mesa para agilizar el trabajo.
- Con vinagre y agua. Para obtener resultados perfectos puedes usar la famosa esponja “magic”, pero claro que puedes usar las comunes de los platos pero bien nueva para que tenga cuerpo y no absorba demasiado líquido. Mójala en agua tibia y vinagre, escúrrela y limpia los zócalos. Si son de madera sustituye el agua y el vinagre con limpiador de madera.
- Con toallitas de limpieza. Este truco es un poco más costoso, ideal si tienes una casa pequeña y eres muy detallista. Consiste en limpiar los zócalos con toallitas de limpieza húmedas. En realidad es uno de los trucos menos recomendables, pero ya sabes, si las tienes a mano, puedes usarlas para esto. Los resultados serán fabulosos, de eso no hay duda.
- Con un calcetín. Si no tienes una esponja ni toallitas de limpieza o quieres darle un nuevo uso a ese calcetín que perdió el par este truco es para ti. Humedece el calcetín en agua tibia con limón.
En cualquier de los casos donde usas líquido es importante que al terminar pases un trapo seco para finalizar el trabajo y evitar que la suciedad se adhiera inmediatamente. Y para preservar esa limpieza por más tiempo puedes usar un truco que puede parecer extraño pero funciona muy bien: suavizante para la ropa. Sí, como lo leíste, humedece una esponja en suavizante para la ropa y pásala por todo el zócalo, de esta forma crearás una capa que reducirá la cantidad de suciedad acumulada en los próximos días.
Estos trucos de limpieza puedes llevarlos a cabo desde una vez por semana, hasta una vez por mes, todo depende la cantidad de gente que hay en tu casa, si tienes o no mascotas y claro, el tiempo que tengas disponible para limpiar.
Trucos para limpiar los pisos
Ninguna limpieza del hogar está limpia sin unos pisos relucientes, por eso además de quitar el polvo de los muebles, ordenar, barrer y todos los quehaceres nunca debe faltar la limpieza del piso. Pero cada material requiere cuidados diferentes, conoce cómo tratar cada uno. Complementa tus zócalos brillantes, con un piso acorde a ellos. ;)
- Pisos de parquet. La madera es un material hermoso, y muchos pisos o suelos están hechos con ésta, principalmente los de las habitaciones. Pero requiere algunos cuidados especiales, de otra forma pueden arruinarse y ni hablar cuando se manchan. Agua, vinagre y algunos otros ingredientes no pueden faltar en tu alacena.
- Pisos de baldosas. En cambio, las cocinas y otros cuartos suelen tener pisos de baldosa, ya que son más resistentes a los líquidos y manchas en general. Pero esto no significa que no tengas que cuidarlos, ya que con el tiempo se desgastan y estropean. Puedes fabricar un limpiador casero a base de bicarbonato de sodio, vinagre y limón para dejarlos como nuevos.
- Pisos de mármol. Por su costo ya no es un material muy común, pero algunas casas antiguas aún conservan sus pisos de mármol originales. Es un material hermoso, que luce de maravillas, sin embargo es propenso a manchas y rayones. Puedes eliminarlos con algunos productos caseros como el agua oxigenada, el amoníaco y el bicarbonato de sodio, entre otros.
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