Verdades y mitos sobre los masajes
El masaje como medio para eliminar el dolor y la tensión
MITO: Después de un masaje aparecen siempre dolores que antes no se tenían. HECHO: Es una reacción natural de algunos músculos ponerse tensos cuando uno experimenta miedo o ansiedad en una situación amenazadora. A veces, cuando el miedo o la ansiedad es interno, (por ejemplo, como resultado de una pobre imagen de sí o de la duda) la tensión muscular puede ser tan pequeña que no se es consciente de ello, por ejemplo: el ceño fruncido, o la tensión intercostal, o al apretar los labios, y así sucesivamente.
Cuando las tensiones persisten por mucho tiempo, la persona desarrolla dolor muscular debido a dichas tensiones, como dolores de cabeza, dolor de espalda o dolor en otras partes del cuerpo.
Después de algún tiempo, la persona dejará de ser consciente de la tensión, lo que se puede ver en una persona que habitualmente frunce el ceño o alguien que camina con uno de los hombros encogidos un poco más alto que el otro.
Cuando se masajean los músculos, estos "despiertan" y la persona experimenta dolor o malestar al día siguiente del masaje.
Esto podría ser eliminado con una o dos sesiones de masaje en la misma zona. La recurrencia del dolor o la tensión puede resultar si factores como: la baja autoestima, un estilo de vida estresante, o hábitos auto-destructivos, persisten. Estos problemas deben abordarse por separado. No es suficiente simplemente obtener un buen masaje.
Un masaje se puede repetir como una buena experiencia cuando trae la alegría o la tranquilidad, como a menudo sucede, pero esto es diferente de la drogadicción en que el individuo tiene que sufrir hasta que se cumple su deseo, y donde a la satisfacción breve que trae la droga, le sigue una necesidad de dosis progresivamente más elevada de la sustancia.
El masaje puede atraer a las personas o miembros de una familia y crear la intimidad y la comprensión entre ellos, pero definitivamente no es adictivo y no causa un deseo habitual y doloroso para ella.
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