La comida árabe tiene similitudes con la cocina mexicana
La comida árabe presenta ciertas semejanzas con la mexicana pero la nota más característica y que más las une es la capacidad para que la cocina se convierta en una auténtica manifestación de amor hacia el prójimo, por el cuidado que ponen en sus fogones.
La comida árabe presenta ciertas semejanzas con la mexicana pero la nota más característica y que más las une es la capacidad para que la cocina se convierta en una auténtica manifestación de amor hacia el prójimo, por el cuidado que ponen en sus fogones.
Tanto la cocina árabe como la mexicana se basan en una gastronomía que rinde culto a la familia, a la convivencia, al amor y a la pasión en todo aquello que se guisa. "El prójimo es el elemento fundamental en ambas formas de cocinar", según señala Mayerling Richo, descendientes de árabes que residen en Monterrey (México).
En su restaurante del recinto de Gambusinos en el Parque Fundidora de Monterrey, crean como nadie la hoja de parra con carne al estilo árabe, las calabacitas rellenas de carne, el kippe y, para finalizar (de postre), los llamados "dedos de reina". En todos estos platos se ve la impronta musulmana. No en vano, tanto la hija de Mayerling, como ella misma, pertenecen al club palestino libanés y explican que los primeros pobladores árabes que llegaron a México lo hicieron en la época del Porfiriato, momento en el que trasladaron sus hábitos y costumbres, entre ellas las culinarias al saber hacer autóctono. Según señala Mayerling "la comida árabe se complementa con un poco de chile, así como del pico de gallo, cosa que ya es muy usual", señala.
Mayerling señala el carácter afable y hospitalario del mexicano ya que "en nuestra cultura se acostumbra que todos nos reunamos alrededor de la mesa, para la convivencia, y por eso también es muy común que cuando van a nuestras casas siempre se les ofrezca algún tipo de alimento, porque somos dados a esto", señaló.
Entre los ingredientes más usuales que se emplean en la cocina árabe se encuentran las hierbas, pepinos, nabos, rabanitos y jitomates; además de las carnes de gallina y el carnero; también las rosquillas de pan, las especias, las almendras, las berenjenas, las aceitunas, así como las habas y las lentejas; todos ellos elementos muy utilizados en la cocina mexicana. Además, según señala Mayerling, es muy común encontrar en las casas de los descendientes de los árabes, árboles como perales, higueras, parras, chabacanos, manzanos y limoneros.
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