Preparar el mate

Hace más de mil años, en Argentina, los guaranís ya tomaban una infusión conocida como mate. Hoy en día, el consumo de mate vuelve a resurgir en la Pampa como la bebida de moda.

Sólo el mate supera al café y el té como infusión preferida de los argentinos, según los últimos sondeos llevados a cabo en aquel país. Esta bebida de sabor amargo se obtiene de la desecación y molido de las hojas de una planta conocida como yerba mate.

Su nombre proviene de la voz quechua "mati", que significa calabaza. Originaria de la franja geográfica conocida como la "triple frontera" entre Argentina, Brasil y Paraguay, la yerba mate fue exportada por los religiosos que acompañaron la colonización española a otras latitudes de Sudamérica. Sin embargo, actualmente la yerba mate crece tan sólo en ambas orillas del río Paraná, a lo largo de 300 kilómetros.

Se trata de una bebida de consumo ciertamente versátil –se puede tomar fría o caliente- y económico, por lo que es más popular entre las clases media y baja que entre la aristocracia. En Argentina suele tomarse en grupo, constituyendo esta costumbre un auténtico ceremonial, de gran arraigo social, llamado "mateo".

El alto contenido en cafeína confiere al mate propiedades y efectos estimulantes similares a los del café, que es utilizado también como tónico y vigorizante. Los principios activos le otorgan también propiedades antioxidantes, diuréticas y laxantes.

Algunos estudios recientes han demostrado que el mate contribuye también de forma determinante en la eliminación de grasas y exceso de aportes calóricos, por lo que es muy recomendado para complementar dietas para perder peso.

Aunque se sirve principalmente como infusión, existe una variedad llamada "mate cebado", obtenida mediante la inmersión de las hojas picadas y maceradas en agua caliente. La infusión puede ser acompañada por otras hierbas como la manzanilla o la menta o incluso con cáscaras de algunas frutas.