Potaje de lentejas para el invierno
Receta de guiso de lentejas
El invierno está impactando duro en el hemisferio norte y no hay nada como refugiarse detrás de un plato acorde a dichas temperaturas para combatir el frío. El potaje de lentejas es todo un clásico de la gastronomía que no ha perdido vigencia. ¿Ya has realizado el tuyo en esta temporada?
El potaje de lentejas (también conocido como guiso o guisado, de acuerdo a la zona) es una de las tantas excelentes comidas de invierno que existen, ya que tiene una cantidad de ingredientes formando una salsa espesa y bien condimentada. Es perfecto para comerlo en dicha época del año, aunque también puede ser consumido cuando te apetezca.
Ingredientes (para cuatro personas):
- 400 gramos de lentejas
- Un chorizo colorado
- Un salchichón mediano
- 200 gramos de bacon
- Dos cebollas grandes
- Un pimiento rojo
- Una zanahoria
- Un puerro
- Una cucharada generosa de extracto de tomate
- Aceite de oliva
- Cantidad necesaria de caldo de verduras
- Sal, pimienta, laurel, pimienta y pimentón
Preparación:
Pica finamente las cebollas, los puerros y los pimientos, a medida que los pones a sofreír en un poco de aceite de oliva, en la cacerola que sostendrá la preparación. Añade también la zanahoria cortada en cubos y las lentejas ya remojadas previamente del día anterior. Incorpora una buena dosis de caldo de vegetales y una ración de extracto de tomates.
Aquí llega una disyuntiva que corre por tu cuenta y decisión. Lo más recomendable para aquellos que deseen evitar el exceso de grasitud que tienen los embutidos y el bacon es sofreírlos aparte, escurrir la grasa sobrante y recién allí añadirlos al hervor. Si no te interesa ingerir los lipidos adicionales (cuantiosos, por cierto), pues entonces rehoga junto a los vegetales el bacon troceado, al igual que el salchichón y el chorizo colorado.
Añade los condimentos y un poco de sal, controlando toda la preparación mientras hierve. El tiempo aproximado será de media hora, lapso suficiente como para que las lentejas estén tiernas. Algunos prefieren comerlo algo caldoso, mientras que otros más seco. Eso lo regularás a medida que lo vayas preparando, según la cantidad de caldo que añadas. Una receta perfecta para acompañar con un buen vino y una hogaza de pan al costado de la cazuela.
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