Qué es la paternidad hoy
Una plegaria para el padre del siglo XXI
En el acervo poético latinoamericano es fácil hallar poemas que exornen y enaltezcan la figura de la madre… ¡pero del padre, se ha escrito nada o casi nada!. A esos hombres que se han atrevido a ejercer la paternidad –pese a no estar preparados para tan titánica tarea- y a multiplicar el amor sobre la faz de la Tierra, dedico la siguiente plegaria, que espero les conforte y dote de fortaleza.
En días pasados, me encargaron ?en la empresa donde laboro- escribir un poema con motivo del Día del Padre. En mi país ?Venezuela- la figura paterna suele estar bastante desacreditada (desconozco si acontece lo mismo en las hermanas naciones vecinas); los motivos que explican esa mala reputación exceden los límites del presente escrito, pero, evidentemente, muchos tienen asidero en la realidad.
En el acervo poético latinoamericano es fácil hallar poemas que exornen y enaltezcan la figura de la madre? ¡pero del padre, se ha escrito nada o casi nada! No es difícil explicar las causas de tal omisión: el antiguo paradigma de paternidad, donde el progenitor se mostraba como una figura hostil y distante, no sólo tiene efectos negativos para la vida afectiva y psicológica de los hijos; también repercute de manera devastadora en su vida espiritual.
Herederos de una cultura donde el Uno es llamado "Padre", muchos hemos tenido que superar gigantescos obstáculos emocionales para reestablecer nuestra comunicación con el Poder Superior, a quien percibíamos como una versión amplificada de nuestro papá terrenal.
En todo caso, aunque sepamos (o creamos saber) que el Todo está más allá de géneros sexuales, fronteras físicas e ingenuas idealizaciones antropomórficas, muchos de nosotros debemos aún comprender, perdonar y trascender el arquetipo del Padre que la educación y la sociedad instalaron en nuestras mentes, a fin de constituirnos en esos guías de vida que realmente se merecen nuestros hijos y ensanchar ese Reino de los Cielos que palpita en el interior de nosotros mismos.
A esos hombres que se han atrevido a ejercer la paternidad ?pese a no estar preparados para tan titánica tarea- y a multiplicar el amor sobre la faz de la Tierra, dedico la siguiente plegaria, que espero les conforte y dote de fortaleza:
Amado Padre-Madre del Todo Armonioso
(o como quieras llamarlo):
Bendíceme
Y ensancha cada día el territorio de mis afectos.
Dótame de valor
Y hazme trascender cualquier inútil barrera
Que impida expresar a mis hijos
Mis más íntimos sentimientos?
Capacítame
Para ser abundante proveedor de candor y ternura
Incluso cuando me aneguen el tedio y el hastío,
El desgano o el cansancio.
Que cada pañal que cambie
Me enseñe que la humildad es el sendero que debo transitar
Para modelar la grandeza de mis hijos.
Que cada noche de desvelo
Me despierte de mis sueños egoístas
Y me faculte para ponerme en el lugar del otro, especialmente
Cuando el otro es la forma de vida
Más frágil y sagrada del Universo.
Habilítame
Para entender que cada consejo que brinde
Carece de substancia y Verdad
Si no se nutre de Tu propio Verbo y Deseo.
Hazme entender
Que la mejor forma de aprender algo
Es enseñándoselo a otro.
Hazme elocuente
Para que cada oportuna reprimenda
Sea mi más grande muestra de amor,
Aunque la atavíe con palabras duras y gestos adustos.
En fin,
Dota a mis cuidados, desvelos, consejos y regaños
De Tu perfecta armonía
De Tu atinado y feliz discernimiento
De modo que se constituyan para mis hijos
En preciados tesoros, amorosos legados
Que iluminen los senderos de sus vidas
Incluso, cuando ya yo no esté?
Amén.
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