Las nuevas siete maravillas del mundo moderno
"Las siete nuevas maravillas del mundo". ¿Buena idea o cuestión de marketing?...
En España se ha vivido con especial intensidad la votación que a nivel mundial ha decidido la declaración de siete parajes como "maravillas del mundo", por motivos evidentes: la Alhambra de Granada optaba a ser una de ellas.
En el siglo III antes de Cristo, el mundo helenístico creó no se sabe a ciencia cierta si a manos de un tal Filón de Bizancio, de su compatriota Antípatro de Sidón o incluso de Heterodoxo- una lista de obras de arte consideradas como las más bellas y notorias de su era, estableciendo así, casi sin saberlo, uno de los más importantes hitos de unidad u homogeneidad de la Antigüedad anteriores a la era de la dominación romana. Nacía de esta forma la lista conocida como "Las Siete Maravillas". De las obras de arte y monumentos que formaban la lista original sólo una sobrevive actualmente: las pirámides de Gizeh, en Egipto. Las demás -los jardines colgantes de Babilonia, la estatua de oro de Zeus en Olimpia, el Coloso de Rodas, el Templo de Artemisa en Éfeso, el Mausoleo de Halicarnaso y el Faro de Alejandría- desaparecieron hace siglos.
De la octava maravilla sólo podemos decir que no existe: tal denominación surgió como medio coloquial para elogiar un lugar, un objeto o incluso una persona de características extraordinarias, bellas, precisamente con la retórica y vana intención de engrosar una lista inamovible en número.
La destrucción, a manos de los talibanes, de los Budas gigantes de Bamiyán en 2001 hizo surgir la loable idea de promover una nueva votación a nivel mundial que diera lugar a una nueva lista, algo así como las Siete Maravillas del Mundo Moderno. El contexto, bien distinto al que envolvió a la creación de la lista antigua, convierte a la nueva en expresión de la globalización reinante actualmente.
Los ganadores, y por consiguiente, nuevas Siete Maravillas, tras la no inclusión de la Alhambra de Granada, son la Gran Muralla China; la estatua del Cristo Redentor, en Río de Janeiro; la Ciudad de Petra, en Jordania; el Coliseo de Roma; la ruinas incas de Machu Picchu, en Perú; la ciudad maya de Chichén Itzá, en México, y el Taj Mahal, en la India (que teóricamente ocupa el sitio que hubiera ostentado la Alhambra, de haber sido elegida).
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