Las grasas saturadas ayudarían a prevenir la diabetes
Los lácteos serían los mejores para este fin
Las grasas saturadas, según algunos estudios recientes, podrían ser buenas para ayudar a prevenir la diabetes de tipo 2. Se estudió en los delfines, también en humanos y los resultados parecen alentadores. ¡Entérate de más sobre este tema!
Las grasas saturadas son conocidas (y evitadas) por elevar el colesterol LDL o malo y su relación con los ataque cardíacos y otros problemas de salud. Puedes encontrarlas en productos animales (tanto carnes grasosas como derivados) y algunos aceites (como el de palma y el de coco).
Sin embargo, no todas serían malas noticias en torno a este nutriente. Recientes investigaciones demostraron que las grasas saturadas ayudarían a prevenir la diabetes y no serían tan poco saludables para tu corazón como quizás suponías. Todo lo que se daba por sabido podría desmoronarse con un estudio realizado en animales marinos.
Por qué prevendrían la diabetes
Los investigadores descubrieron que los delfines son capaces de cambiar y salir de un estado similar a la diabetes humana. Llamado también síndrome metabólico, indicativo generalmente de una pre-diabetes en los seres humanos. Este síndrome metabólico podría evitarse en estos animales por el alto consumo de pescado, alimento principal de la dieta de los delfines.
Particularmente el ácido heptadecanóico (una grasa saturada) sería el encargado de regular esta función. Los delfines con los más altos niveles de este ácido en sangre eran los que tenían menor insulina y triglicéridos.
La hipótesis de los investigadores es que el alejamiento de los humanos del consumo de productos lácteos enteros (generado en gran parte por su relación con la salud) podrían haber generado la deficiencia del ácido heptadecanóico, lo que jugaría un papel esencial en el crecimiento de la diabetes a nivel mundial.
Es decir, si comes baja cantidad de grasas saturadas, tienes poco ácido heptadecanóico y podrías sufrir más probabilidades de tener diabetes.
Otro estudio interesante se llevó a cabo en 27.000 personas de entre 45 y 74 años. Cada una de ellas fueron seguidas durante 14 años. Los que comieron más productos lácteos enteros al día redujeron el riesgo de diabetes hasta un 25 por ciento. La grasa láctea podría estar relacionada, al menos en parte a la protección de la diabetes tipo 2.
Pero este no sería el único beneficios que te aportarían las grasas saturadas. También te ayudarían en la construcción de las membranas celulares y hormonas, mejoran la absorción de minerales, son un combustible para tu cerebro, son sanciantes, reducirían el nivel de colesterol y actúan como vehículos de las vitaminas A, D, E y K.
Recuerda bien que las grasas saturadas por sí solas no serían un remedio mágico. Toda tu alimentación y estilo de vida influyen en las posibilidades de sufrir diabetes.
- Es bueno decirle no a los alimentos procesados, especialmente al azúcar.
- Aumenta el consumo de verduras sin almidón.
- Realiza ejercicio.
- Aumenta tu consumo de omega 3 y 6.
- Mantén un peso saludable.
- Descansa adecuadamente cada noche.
Qué grasas saturadas tienes que elegir
Está claro, se puede decir que cualquier producto de origen animal te va a aportar excelentes grasas saturadas. Pero no siempre es así. Las carnes procesadas, determinados lácteos y algunos productos procesados no son del todo recomendables para tu dieta. Céntrate en las recomendaciones que conocerás a continuación.
- Mantequilla de pastoreo. Aunque parezca curioso, podría ser uno de los alimentos que te ayudarían a reducir el riesgo de sufrir diabetes. Aunque muchas veces es temida, la elección de la mantequilla correcta podría ser mejor que evitarla. Siempre debes elegirla cruda, orgánica y producto de animales libres y alimentados con pasto.
- Salmón rosado. Además de ser un pescado delicioso, presenta un balance de grasas incomparable, pues también aporta insaturadas, omega 3 y es un alimento completísimo. Trata de conseguir salmón "natural", salvaje. El de criadero puede tener valores nutricionales no tan elevados.
- Aceite de coco. Durante años fue un auténtico enemigo y considerado un "tapa arterias". Ahora, para la ciencia no existe un mejor aceite que este, sólo comparado con el de oliva extra virgen. Sus cadenas medias de triglicéridos hace que esté biodisponible para el cuerpo mucho más rápido. Y se recomienda usarlo para reemplazar los aceites procesados de semillas (girasol, maíz)
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