Rotación de cultivos en la huerta orgánica
Sucesión de cultivos en el huerto orgánico
Las plantas necesitan extraer nutrientes del suelo para crecer, por lo que éste pierde cada vez más fertilidad. Cada planta extrae cierto tipo de nutrientes en mayor cantidad. Por lo tanto, rotar las especies que cultivamos le otorga al suelo la posibilidad de renovarse de mejor manera.
Las plantas que podemos cultivar en una huerta orgánica extraen diversos tipos de nutrientes y a diferentes profundidades, dependiendo de la especie.
Cada hortaliza tiene preferencias por alguno de los nutrientes que se encuentran en el suelo, por lo tanto, si establecemos una adecuada rotación de cultivos no agotaremos el suelo y mantendremos su fertilidad.
Además, existen plantas que son capaces de mejorar la fertilidad del suelo, fijando nutrientes en forma natural. Un buen ejemplo son las leguminosas, como lentejas, habas, porotos y arvejas, que enriquecen el suelo con nitrógeno.
Si sabemos aprovechar las diferencias, particularidades y requerimientos de cada planta, podemos establecer una adecuada rotación de cultivos, manteniendo la fertilidad del suelo y beneficiando a nuestra huerta.
La idea es que a lo largo del año vayamos rotando, por temporada, hortalizas de raíz (por ejemplo zanahorias y remolachas), hortalizas de hoja (como lechugas y espinacas), hortalizas de fruto (puede ser tomate, calabacín, pimiento y muchos otros) y especies fijadoras de nutrientes (leguminosas).
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