La dieta mediterránea y la salud
Un estudio sostiene que la dieta mediterránea reduce a la mitad el riesgo de sufrir enfermedades pulmonares
Que la dieta mediterránea es una de las más ricas y equilibradas y, por tanto, beneficiosas para la salud, es algo de sobra conocido. Sus efectos sobre las afecciones pulmonares, entre otros, han demostrado ser impresionantes.
Estudios sobre la denominada dieta mediterránea han demostrado que reduce en un 50 por ciento el riesgo de padecer afecciones pulmonares. Concretamente, este tipo de dieta se muestra especialmente efectiva en la prevención de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica conocida como EPOC- en general, y de forma significativa en variantes concretas de EPOC como el enfisema pulmonar y la bronquitis crónica.
El EPOC consiste básicamente en un lento pero raramente reversible proceso inflamatorio creciente de los conductos respiratorios. Aunque se desconocen los factores que determinan la predisposición a padecerlo, sí se sabe que aparece en aproximadamente un 20 o 25 por ciento de los fumadores habituales, por lo que se tiende a pensar que su desarrollo se debe a multitud de factores, normalmente ambientales, relacionados con la inhalación continuada de gases y humos. En este sentido, fumar constituye un factor de riesgo importantísimo. No obstante, también se sospecha de factores de tipo genético como posibles desencadenantes de la enfermedad.
Suelen presentar en su desarrollo episodios de crisis realmente agudos, que normalmente se combaten con bronquiodilatadores. Pero la prevención, especialmente cuando surgen síntomas que apuntan a la posibilidad de su aparición, cobra un papel fundamental. En esta apartado, la alimentación tiene una función clave. La incorporación de alimentos como la fruta, la verdura, los pescados asados, no fritos- y el aceite de oliva es muy indicada por los especialistas para prevenir la aparición o empeoramiento de esta enfermedad.
Estos alimentos, muy presentes en la dieta mediterránea constituyen, unidos a otras medidas como dejar de fumar, evitar espacios con la atmósfera muy cargada o con habitual emanación de gases, el mejor tratamiento preventivo de origen natural contra el EPOC.
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