Tazas de café

Tazas que sirven no sólo para decorar sino para sentir el gusto de un buen café; esto es, para degustarlo.

Actualmente, hay cientos de variedades de tazas en el mercado con las más variadas e increíbles formas. El modelo ideal es el que más se ajuste a nuestro estilo de vida y sobre todo aquel que sea más sugerente y que más nos invite a la reflexión. El modelo de una taza de café depende siempre del tipo de material empleado ya sea cerámica o loza, también de su volumen y por supuesto de su espesor.

Si el café es una bebida estimulante ¿porqué no íbamos a utilizar una taza que nos sugiera y evoque sensaciones?. Así, el café requiere, como el buen vino, un recipiente que sea capaz de evocar y de transmitir estas sensaciones, de igual manera que aquél. Degustar una buena taza de café es invitar a alguien a realizar un acto social que tiene muchos siglos de historia. Y ahí justo reside, precisamente, la importancia de contar con una buena presentación.

Una buena taza debe ser capaz de soportar temperaturas elevadas sin resquebrajarse. Así, el modelo ideal de taza dependerá de la loza empleada en su fabricación así como del diámetro de la misma para conservar la temperatura del líquido y por supuesto de la forma del asa de sujeción que ha de ser cómoda, práctica y funcional, para facilitar la ingestión del café. Así, por muy decorativa que sea una taza sino cumple con estos mínimos no estará garantizando una correcta ingesta de café.

A pesar de todo, existen gran variedad de tazas decorativas en el mercado, con diversas iconografías que crean estilos originales y diferentes para todas las edades. Según su tamaño, podremos encontrar, además, tacitas (té y café) y tazones (café con leche). Existen tazas de aluminio, plástico o acero aunque para ingerir café no son las más recomendables, si queremos disfrutar de su sugerente aroma.

Por último, insistir en que regalar un juego de tazas de café debe ser un ejercicio creativo que proporcione algo diferente al obsequiado para huir de los estereotipos.