Más harinas integrales, menos mortalidad
Un estudio de Harvard así lo certifica
Sin duda alguna que los cereales integrales son mucho más saludables que los refinados. Y ahora, además, un estudio de la TH School de Harvard lo certifica, refrendando que reduciría la mortalidad hasta en un 15 por ciento.
Estaba clarísimo que los cereales integrales siempre fueron una mejor opción que los refinados, aquellos que lamentablemente consume en demasía el grueso de la población. Pero ahora se siguen sumando estudios que ratifican esta condición, aportando datos más que significativos como para comenzar a dar un paso al costado de las harinas blancas.
Según un estudio realizado en la T.H. Chan School of Public Health de la Universidad de Harvard, revisó los hábitos dietarios de casi 20 años de estudios. Se sintetizaron las costumbres de más de 70 mil mujeres y 40 mil hombres y los resultados fueron contundentes: comer cereales integrales puede llegar a reducir la mortalidad hasta en un 15 por ciento.
Además, aquellas personas que demostraron incluir esta clase de alimentos en su dieta habitual, también mostraron mejores condiciones con respecto a problemas cardiovasculares y diabetes de tipo 2. Pero, curiosamente, no hubieron indicios de una menor cantidad de decesos por cáncer dentro de quienes consumieron al menos una porción diaria de cereales integrales.
Uno de los elementos clave fue el salvado, un elemento que aporta mucha fibra al cuerpo y que su consumo supuso un 6 por ciento menos de muerte en general y un 20 por ciento menor en general.
Lo que está claro en todo concepto es que, si comes harinas, debes optar siempre por las integrales. O al menos hacerlo en toda medida posible, comenzando a reemplazarlas poco a poco (si es que te cuesta dejar las blancas), para que tu salud pueda ir mejorando quizás en más de un sentido.
¿Cómo reemplazar las harinas refinadas?
En vez de consumir harinas blancas, pastas de harina refinada, panificados y demás, optas por los que son 100 por ciento integral. Es que así estarás consumiendo fibras, vitaminas, minerales y muchísimo más que sólo hidratos y calorías vacías.
Incluso puedes dar un interesante paso y descartar los refinados de tu vida. Reemplaza la sal blanca por sal marina; el azúcar por azúcar mascabo, stevia o siropes vegetales; el arroz blanco por algún integral y así sucesivamente con todo cereal, optando por su forma más cercana a la original, que siempre es más rica en nutrientes y menos perjudicial para el organismo.
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