Historia del chocolate: origen, evolución e importancia cultural
Todo sobre el chocolate y sus origenes
El chocolate es uno de los alimentos más codiciados del mundo. Sin embargo, es relativamente nuevo para la cultura occidental. Conoce el origen del cacao y toda la historia del chocolate para conocer su importancia dentro de la industria alimenticia.
El origen del chocolate y su significado
¿Qué es el cacao? Pues generalmente se hace referencia a él como el polvo que se extrae de la molienda de las semillas de la planta, justamente, de la planta homónima (el nombre científico del cacao es el de Theobroma Cacao). Pero obviamente allí no queda la cuestión: lo que es el cacao en sí, excede claramente lo que es ese producto. Es que es algo que merece ser conocido mucho más al detalle. Y eso es lo que haremos a continuación, abarcando buena parte de su historia.
De donde proviene el chocolate
Si bien se estima que los primeros arbol del cacao crecieron a la vera de los ríos Amazonas y Orinoco, los primeros en cultivarlos fueron los indígenas de la civilización olmeca, una cultura que terminaría siendo absorbida por el imperio maya. Así, ambos pueblos, terminaron por darle el nombre aproximado con el cual hoy día se conoce al cacao y el chocolate.
Que significa chocolate y cacao
Para referirse al cacao, decían ka’kaw, ya que ese vocablo hacía alusión al “fuego” que se encontraba en su interior. Al hablar del chocolate, pronunciaban chocolhaa, que era, ni más ni menos, la conjunción de las palabras chocol (amargo) y haa (agua). Ese es justamente el significado de la palabra chocolate.
Y si te de donde proviene la palabra chocolate, pues bien: ya sabes que es de origen maya.
La importancia del cacao dentro de esas culturas era realmente singular:
- Era una bebida que les aportaba vigor y estaba relacionada con la salud y la longevidad.
- Era, básicamente, un preparado para beber bastante amargo, creado a partir de las semillas del cacao.
- Se consumía casi en forma exclusiva dentro de las clases nobles y relacionadas con la aristocracia maya.
Así es que comenzó a ser consumido el chocolate por las civilizaciones antiguas. Pero, sabiamente, fueron hallando variantes.
El chocolate azteca y maya
Sin duda alguna, en tierra maya es donde se ha gestado principalmente el chocolate. También dentro del pueblo tolteca. Pero eso es algo que conocerás al detalle a continuación.
El chocolate y sus usos en la cultura maya
Los libros de la civilización maya dan cuenta de las múltiples maneras que existían por aquel entonces de elaborar esa noble bebida a base de cacao que ellos llamaban chocolhaa. Se lo preparaba más diluido o más consistente, a veces se optaba por endulzarlo con miel y a otras, para lograr una versión “fortificada”, le añadían saludables dosis de chile picante. También el maíz, otro de los elementos clave para esa civilización, se encontraba en los preparados.
Los mayas creían firmemente en las propiedades medicinales del chocolate y por eso lo usaban para tales fines. Si bien no era el mejor cacao del mundo, era una excelente bebida para recargar energías y podía ser suministrada a los guerreros para, también, para apaciguar sus ánimos.
Dentro de las otras costumbres que los mayas tenían para el chocolate, se encuentran el uso en rituales y el ser una moneda de cambio. Hasta que un día llegó a manos de los aztecas, imperio que se impondría por sobre los mayas y olmecas, quedando ellos como los amos y señores del cacao.
¿Cómo preparaban los mayas y los aztecas el chocolate?
Se dice que Hernán Cortés ya le escribía, entre sus memorias de sus viajes por América, al Rey Carlos I lo que era esa planta extraña que ofrecía una sabrosa bebida por medio de sus semillas. Hablaba de un fruto símil a la almendra que la molían y que también se empleaba como moneda de cambio, cual dinero.
Pero la bebida que Cortés había probado, distaba mucho aún de lo que vendría luego. Los aztecas, quienes llamaban xocolatl al chocolate, preparaban una especie de agua con chile, semillas de cacao tostadas y espesada con harina de maíz para que tomara un poco más de consistencia.
Por su parte, los mayas para lograr una buena espuma (según dicen, lo más sabroso de esa primitiva bebida) lo vertían de un recipiente a otro desde una altura considerable. Aunque los aztecas luego crearon un molinillo para que el chocolate fuera más espumoso y, por ende, más apetitoso. De todos modos, faltaba aún un capítulo trascendental en la historia del cacao y el chocolate: su introducción en Europa, que le daría paulatinamente la forma con la que hoy lo conocemos.
Leyenda del cacao
Existe una leyenda maya referida al chocolate, más precisamente a su llegada a tierras toltecas. Según narra el mito, Quetzalcoatl, la máxima deidad de los mayas, les ofrendó esta planta, a la que hizo crecer, florecer y dar frutos, enseñándoles luego a que puedan moler la semilla y preparar esa gran bebida llamada chocolate.
En un principio solamente los nobles, sacerdotes y máximas autoridades eran las que lo consumían. Pero luego el mismo pueblo fue introduciéndose en su consumo, gozando aśi de sus beneficios alimenticios, reconstituyentes y energizantes. Así, todos pudieron poner en marcha su creatividad. Luego una maldición azotó las plantas, pero Quetzalcoatl antes de marcharse, arrojó unas semillas que florecieron y, según cuenta la leyenda, son las que se han mantenido para la posteridad.
Henri Nestlé y el chocolate con leche
Hay que marcar al año 1615 como uno de los más importantes en la historia del cacao y el chocolate. Es que, en ese año, ingresa en Francia y, posteriormente, en Suiza. En esos países se empezaría a darle muchísimos años después la forma definitiva al chocolate tal cual hoy lo conocemos. Mientras tanto, italianos, suecos o belgas ya lo implementaban en sus respectivas patrias.
Uno de los inventos determinantes fue el pasaje del chocolate líquido al sólido. Todo comenzó con la idea de crear una forma más liviana de consumirlo. Así es que en 1819 se instala la primer fábrica de chocolate en Francia. Los suizos no tardarían en imitarlos, y así fue como Henri Nestlé (¿te suena ese apellido?), junto a otros chocolateros, tuvo la genial idea de mezclar el chocolate con leche. Si, la forma con la que consumes el chocolate hoy día.
¿Habrán sabido esos chocolateros europeos por todo el periplo que el cacao tuvo que pasar hasta llegar a esa forma? ¿Sabrían de las semillas molidas mezcladas con chile? Seguramente no, y eso poco importa. Lo que sí importa es que el chocolate existe. Gracias a los mayas, los aztecas y tantos otros que han colaborado para que llegue a nuestras bocas y se haya convertido en uno de los placeres alimenticios más comunes dentro de nuestra cultura.
Como se elabora el chocolate
¿Quieres saber de qué está hecho el chocolate y cuál es su proceso de elaboración? Aquí tienes el paso a paso, desde la semilla hasta que llega a tus manos.
- Se extraen las semillas y se las deja fermentar.
- Posteriormente, una vez que las semillas están fermentadas, se dejan secar. Lo ideal es que tengan entre un 5 y 6 por ciento de humedad.
- Una vez listas, se transportan y se llevan a tostar y descarcarillar.
- Ahora es el turno de la molienda. Una vez molido, se prensa y se muele la masa de cacao que se va formando, donde ya interviene la lecitina de soya como agente de emulsión.
- El último proceso es el de conchado u homogeneización, en donde se integran todas las partes del chocolate.
- Ahora sí, ya estará casi listo para ser una barra de chocolate. Obviamente, dependerá de los agregados que se le añadan, que puede ser más azúcar, leche, frutas, frutos secos, etc.
Más información sobre el chocolate que te va a interesar
¡Descubre más cuestiones interesantes sobre el cacao y el chocolate! Nunca pierdas de atención sus beneficios y propiedades.
- Bueno para la fatiga crónica. Debido a su condición de energizante, se suele emplear el chocolate puro para combatir cuestiones tales como la fatiga crónica.
- Lleno de antioxidantes. Se considera que el chocolate puro puede ayudar a alargar la vida, debido a su gran cantidad de antioxidantes.
- Bueno para la atención. El chocolate amargo puro ayuda a la concentración y a la atención, debido a sus capacidades neuroestimulantes.
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