Alergia a la leche

La alergia a la leche y la intolerancia a la leche son patologías diferentes, ocasionadas por distintos principios activos que contiene la leche de vaca.

Alergia a la leche

• La alergia a la leche es ocasionada por las proteínas de la leche, es decir caseína o albúminas.
• En ocasiones las personas que padecen de alergia a la leche de vaca, reaccionan a una o más de una de las proteínas presentes en la leche.
• La alergia a la leche de vaca se produce porque el sistema inmunológico reacciona frente a estas proteínas como agentes invasores, produciendo una reacción alérgica para defenderse de la sustancia "agresor" en cuestión.
• Generalmente la alergia a la leche de vaca ocurre durante la primera infancia, pudiendo desaparecer después de los 3 a 4 años de edad.
• Cuando se es alérgico a la leche, no se pueden consumir ningún derivado de la misma, ya sean quesos, yogures, cremas a base de leche; así como alimentos que contengan caseína como conservantes o aditivos.

Intolerancia a la leche

• La intolerancia a la leche ocurre cuando se sufre de intolerancia a la lactosa, azúcar presente en la leche. Este azúcar necesita para ser metabolizado de una enzima llamada lactasa, cuando esta existe en baja cantidad o no existe, la leche no se puede digerir y absorber adecuadamente, lo cual trae aparejado que el organismo "no tolere" a la lactosa como nutriente y produzca una reacción orgánica en rechazo de dicha sustancia.
• Las personas que padecen de intolerancia a la lactosa no pueden consumir lácteos en general, aunque tanto los yogures como los quesos suelen, en algunos casos, ser mejor tolerados que la leche en sí.

Tener presente que la intolerancia y la alergia a la leche de vaca son conceptos diferentes, es importante para diferenciar procesos fisiopatológicos que parecen tener un mismo origen, la leche de vaca, pero en realidad son originados por sustancias distintas.