Presión arterial alta durante el invierno
El frío, un factor de riesgo que aumenta la presión
La hipertensión arterial es un factor de riesgo cardiovascular que merece que le prestes atención siempre, pero durante el invierno debes estar más atenta. ¿Por qué?, porque el frío es un factor de riesgo que aumenta la presión.
Son muchos millones de personas en todo el mundo que padecen hipertensión arterial, incluso un gran número de ellos no lo sabe, lo cual aumenta el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular. Por ello, aunque la hipertensión sea silenciosa merece cuidado y control, y más aún si es invierno,
A diferencia de los que muchos pueden creer la temperatura ambiente influye sobre la presión arterial. Desde hace años se viene estudiando la influencia del frío sobre la presión y los resultados avalan esta afirmación, especialmente en grupo de riesgo como es el de las personas adultas de más de 60 años.
Esta situación aumenta, aún más, la probabilidad de aparición de enfermedades cardiovasculares, como por ejemplo ataque cardíaco, accidente cerebro vascular o enfermedades renales.
Las causas para que el frío afecte a la presión aumentándola, pueden ser muchas.
- Causas orgánicas: con el frío los vasos sanguíneos se estrechan provocando una resistencia que ocasiona que el flujo sanguíneo no sea normal.
- Causas ambientales: dentro de estas causas se encuentra la dieta y el sedentarismo. La dieta durante el invierno suele ser más rica en sodio, para lo cual es importante evitar añadir sal de mesa a las comidas, utilizar sustitutos de la sal y conocer que alimentos contienen sodio oculto. Por otra parte, durante el invierno la actividad física suele reducirse, con lo cual puedes aumentar de peso. El sobrepeso, también es un factor de riesgo para la hipertensión arterial.
Por ello, si sufres de presión alta o tienes antecedentes de esta enfermedad en tu familia, durante el invierno has controles más seguidos. No te dejes estar, controla tu presión, acude al médico y mantén una vida saludable, con una dieta equilibrada, ejercicio físico acorde a tus posibilidades y poniendo en práctica técnicas que te ayuden a reducir el estrés.
Recuerda que la mejor arma con la que cuentas es la información y la prevención.
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